La gratitud, es un deber de nosotros a nuestro Señor Jesucristo, el cúmulo de beneficios adquiridos en la Cruz del Redentor, hacia la humanidad, es la base fundamental para heredar la Patria de nuestro Salvador,
precisamente el mundo se olvida de la gratitud que le debemos, mal podemos reconocer el bien adquirido.
Tenemos la
muestra de los leprosos, quién se volvió a dar gracias, había caído en la
cuenta de la gratitud, y se volvió a dar las gracias, esa actitud hace
reconocer no sólo la curación del cuerpo, sino del alma, llegando a un profundo
conocimiento desde la gratitud, y la fe, de ahí se inflaman las potencias
interiores que nos llevan a la perfección, guiados por El Espíritu Santo.
Mercedes Ramos.
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