¡Jesús
Amado!
Qué conoces cada recoveco de mi corazón, Y su latido, y su quejido, Su
añoranza del tiempo perdido.
Quiero
llamar Tu atención si es posible, Para que mi pobre lamento sea oído, Y enderezcas
lo torcido.
Hagas
brillar lo entumecido, Y aparezcas, si estás escondido. Devuélveme la inocencia
perdida, quiero restaurarme, por tantas ofensas.
Quiero
pagar mis deudas, cometidas Por tantos apegos desordenados, quiero, que no me
sueltes de Tu Mano, Y en Tu Presencia Te lo Pido, lo más cerca posible. Yo sé
que me estás mirando… Y siento, cuanto he abusado de Tu Clemencia, Cuanto he pecado,
y he faltado a Tu Amor; a ese Amor, incondicional que me has dado, Y he faltado
a mis Hermanos. Te pido sinceramente perdón, perdón… ¡Perdóname! Devuélveme la
inocencia perdida, auméntame la fe, acógeme en Tu Regazo, Y mi amor, será
trasformado; mi corazón, se hará más grande, Para amarte en mis hermanos. Para
amarte en el Corazón de tu Madre, haz que me guíe, y me limpie con su Manto, Y
me Abra sus Brazos, para Seguir Amándote.
Por
Mercedes Ramos
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