En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: - «Habéis oído que se dijo: "Amarás a tu prójimo" y aborrecerás a tu enemigo. Yo, en cambio, os digo: Amad a vuestros enemigos, y rezad por los que os persiguen. Así seréis hijos de vuestro Padre que está en el cielo, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos. Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y si saludáis sólo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto.»
Palabra del Señor.
Aprendamos del Maestro, qué siempre fue primero. Humillado,abofeteado calumniado, azotado y crucificado. Nunca abrió la boca sino para perdonar,y decir a su Padre que no sabemos lo que hacemos.
Hermanos, nosotros bien lo sabemos no engañemos a nuestro corazón, cuando nos denuncia por algo, la soberbia, el egoísmo, el quedar mejor que nadie, sobresalir, humillar al hermano, criticarlo, poner zancadillas, no sólo no tenemos que hacer eso, sino qué nuestro Padre nos pide, qué perdonemos a quién nos lo hace, sino no amaremos a Dios, con todas nuestras fuerzas, pidamos por las personas que nos traicionan y por las que nos tienen que aguantar a nosotros, seamos sencillos y dóciles eso le gusta al Señor.
Si rezamos por las personas a las que no le caemos bien se harán mejor, y nosotros también seremos más felices, y la gracia de Dios se aposentará más en nuestra alma, de todas maneras, siempre salimos ganando; la raíz de todo es luchar contra la soberbia, por qué un corazón contrito y humillado Dios no lo desprecia, y ahora qué estamos de lleno en la cuaresma, qué es tiempo de conversión debemos pedírselo al Señor, haciendo una buena confesión.

Jesús nos dice, qué sino nos hacemos como niños no entraremos en el Reino de los Cielos.
Comentario Mercedes Ramos.
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