

Cuando llegó la hora, se puso a la mesa y los apóstoles con él. Y les dijo:
-Ardientemente he deseado comer esta Pascua con vosotros, antes de padecer, porque os digo que no volveré a comer hasta que tenga su cumplimiento en el Reino de Dios.
Y tomando el cáliz, dio gracias y dijo:
-Tomadlo y distribuidlo entre vosotros; pues os digo que a partir de ahora no beberé del fruto de la vid hasta que venga el Reino de Dios.
Y tomando pan, dio gracias, lo partió y se lo dio diciendo:
-Esto es mi cuerpo, que es entregado por vosotros. Haced esto en memoria mía.
Y del mismo modo el cáliz, después de haber cenado, diciendo:
-Este cáliz es la nueva alianza en mi sangre, que es derramada por vosotros.
Lc 22, 14-20
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