


Salmo 120
EL GUARDIÁN DEL PUEBLO
Levanto mis ojos a los montes:
¿de dónde me vendrá el auxilio?
El auxilio me viene del Señor,
que hizo el cielo y la tierra.
No permitirá que resbale tu pie,
tu guardián no duerme;
no duerme ni reposa
el guardián de Israel.
El Señor te aguarda a su sombra,
está a tu derecha;
de día el sol no te hará daño,
ni la luna de noche.
El Señor te guarda de todo mal,
él guarda tu alma;
el Señor guarda tus entradas y salidas,
ahora y por siempre.
1 comentario:
Qué gusto haber encontrado este blog mientras navegaba por los mares de la misericordia de Dios.
No será ésta la última vez que pase por aquí. Espero poder seguir compartiendo en adelante.
Un abrazo
dove
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