
Digamos con toda humildad:
1) Con San Pedro te decimos: "Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo".
2) Con la Samaritana te decimos: "Dame esa agua que salta hasta la vida eterna".
3) Con Santo Tomás te invocamos: "Señor mío y Dios mío".
4) Con la mujer Cananea acudimos diciendo: "Señor, ayúdame".
5) Y con Pedro en el lago: "Aparta de mí, Señor, que soy un gran pecador".
6) Con los dos leprosos de Samaria te suplicamos: "Jesús, hijo de David, ten compasión de nosotros".
7) Y con los discípulos en la tempestad: "Señor, sálvanos que perecemos".
8) Y con Pedro en la montaña: "¿A dónde iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna".
9) Con el Buen Ladrón te decimos: "Acuérdate de mí, cuando estés en tu Reino".
10) Y con el Centurión: "¡Verdaderamente éste era el Hijo de Dios!".