DEL DIARIO DE SANTA
FAUSTINA
(34) Oh María, Madre y
Señora mía. Te ofrezco mi alma y mi cuerpo, mi vida y mi muerte y todo lo
que vendrá después de ella. Pongo todo en tus manos, oh mi Madre.
Cubre mi alma con tu manto virginal y concédeme la gracia de la pureza de
corazón, alma y cuerpo. Con tu poder defiéndeme de todo enemigo, especialmente
de aquellos que esconden su malicia bajo una máscara de virtud. OH Espléndida
Azucena, Tu eres mi espejo,
oh mi Madre.
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