LAS PROMESAS DE NUESTRO SEÑOR
"Yo prometo al alma que venere esta Imagen de La Misericordia que no perecerá. Yo le prometo ya aquí, en la tierra, la victoria sobre sus enemigos, especialmente en la hora de la muerte. Yo, el Señor, la protegeré como a Mi propia Gloria... Yo doy a la Humanidad un vaso, con el cual deben venir a la Fuente de Mi Misericordia a buscar gracias... Ese vaso es este cuadro, con la inscripción ¡Jesús, yo confío en Ti!. Yo deseo que el primer Domingo después de Pascua Florida se celebre la fiesta de la Misericordia. Cualquiera que se acerque en este día a la fuente de la vida obtendrá remisión completa de culpa y pena. La Humanidad no obtendrá la Paz hasta que venga con confianza a Mi Misericordia". Por ello, para propagar esta devoción, los Obispos de Polonia resolvieron someterla a la Santa Sede, con la petición de fijar para el segundo Domingo de Pascua la fiesta de la Divina Misericordia.
"Di a la Humanidad sufriente que venga a Mi Misericordioso Corazón, y le daré la Paz. Vengo ahora como Rey de la misericordia, antes de venir como Justo Juez, para que no haya ninguno que pueda excusarse en el día del juicio, que poco a poco se va acercando".
"A la almas que propaguen Mi Misericordia, Yo las protegeré por toda su vida como una madre a su hijo, y en la hora de la muerte, para ellos no seré Juez, sino Redentor. En esta última hora, el alma no tiene otra protección que Mi Misericordia. ¡Feliz aquella alma que durante su vida estuvo hundida en Mi Misericordia, pues la justicia no le alcanzará".
"Yo preservaré a las ciudades y casas en las cuales se encontrase esta Imagen". (Nota: Las importantes poblaciones de Cracovia y Vilna, donde estaba establecida esta devoción, fueron preservadas de la destrucción casi total de Polonia en la Segunda guerra mundial.)
"Yo también protegerá a aquellas personas que veneren esta Imagen y tuvieran confianza en Mi Misericordia.
1 comentario:
Bendito sea Dios nuestroSeñor, amoroso y atento a nosotros, sus hijos, Que dentro de su omnipotencia lo único que no puede hacer es dejar de amarnos y que mejor muestra de ese amor infiito hacia los hombres que deje po su hijo Jesús este regalo de invaluable valía. Jesús, hijo bendito de Dios Padre, fruto bendito del amor de nuestro Padre Dios hacia nosotros que inmerecidamente recibimos tantas gracias y bendiciones de parte de Él. Jesús, confío en ti, porque se que me amas y que tu corazón sacratísimo está lleno de amor por mi, lléname de tu amor Señor, quiero derramar ese amor entre mis hermanos, enséñame a ver con tus ojos esa luz maravillosa que solo da vida. Alabado seas, glorificado seas, bendito seas mi Señor, majestad divina redentora y misericordiosa, amen.
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