SANTÍSIMO SACRAMENTO
sábado, 24 de noviembre de 2007
CRISTO REY.
ÚLTIMO DOMINGO DEL AÑO LITURGICO:
Cristo es el Rey del universo y de cada uno de nosotros.
Es una de las fiestas más importantes del calendario litúrgico, porque celebramos que Cristo es el Rey del universo. Su Reino es el Reino de la verdad y la vida, de la santidad y la gracia, de la justicia, del amor y la paz.
En la fiesta de Cristo Rey celebramos que Cristo puede empezar a reinar en nuestros corazones en el momento en que nosotros se lo permitamos, y así el Reino de Dios puede hacerse presente en nuestra vida. De esta forma vamos instaurando desde ahora el Reino de Cristo en nosotros mismos y en nuestros hogares, empresas y ambiente.
En ellas, Jesús nos hace ver claramente que vale la pena buscarlo y encontrarlo, que vivir el Reino de Dios vale más que todos los tesoros de la tierra y que su crecimiento será discreto, sin que nadie sepa cómo ni cuándo, pero eficaz.
Para lograr que Jesús reine en nuestra vida, en primer lugar debemos conocer a Cristo. La lectura y reflexión del Evangelio, la oración personal y los sacramentos son medios para conocerlo y de los que se reciben gracias que van abriendo nuestros corazones a su amor. Se trata de conocer a Cristo de una manera experiencial y no sólo teológica.
Acerquémonos a la Eucaristía, Dios mismo, para recibir de su abundancia. Oremos con profundidad escuchando a Cristo que nos habla.
Al conocer a Cristo empezaremos a amarlo de manera espontánea, por que Él es toda bondad. Y cuando uno está enamorado se le nota.
El tercer paso es imitar a Jesucristo. El amor nos llevará casi sin darnos cuenta a pensar como Cristo, querer como Cristo y a sentir como Cristo, viviendo una vida de verdadera caridad y autenticidad cristiana. Cuando imitamos a Cristo conociéndolo y amándolo, entonces podemos experimentar que el Reino de Cristo ha comenzado para nosotros.
Por último, vendrá el compromiso apostólico que consiste en llevar nuestro amor a la acción de extender el Reino de Cristo a todas las almas mediante obras concretas de apostolado. No nos podremos detener. Nuestro amor comenzará a desbordarse.
Dedicar nuestra vida a la extensión del Reino de Cristo en la tierra es lo mejor que podemos hacer, pues Cristo nos premiará con una alegría y una paz profundas e imperturbables en todas las circunstancias de la vida.
Himno: OH PRÍNCIPE ABSOLUTO DE LOS SIGLOS
Oh príncipe absoluto de los siglos,
oh Jesucristo, rey de las naciones:
te confesamos árbitro supremo
de las mentes y de los corazones.
En la tierra te adoran los mortales
y los santos te alaban en el cielo,
unidos a sus voces te aclamamos
proclamándote rey del universo.
Oh Jesucristo, príncipe pacífico:
somete a los espíritus rebeldes,
y haz que encuentren el rumbo los perdidos
y que en un solo aprisco se congreguen.
Para eso pendes de una cruz sangrienta,
y abres en ella tus divinos brazos;
para eso muestras en tu pecho herido
tu ardiente corazón atravesado.
Para eso estás oculto en los altares
tras las imágenes del pan y el vino;
para eso viertes de tu pecho abierto
sangre de salvación para tus hijos.
Por regir con amor el universo,
glorificado seas, Jesucristo,
y que contigo y con tu eterno Padre
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
VÍA CRUCIS VIRTUAL
DEVOCIÓN A LA DIVINA MISERICORDIA
JESUS EN TI CONFIO
SANTÍSIMO SACRAMENTO TE ADORAMOS, TE BENDECIMOS Y TE GLORIFICAMOS.
SANTISIMO SACRAMENTO
HIMNO A JESÚS SACRAMENTADOPOR SANTO TOMÁS DE AQUINO(Adoro te devote)
Te adoro con devoción, Dios escondido, oculto verdaderamente bajo estas apariencias. A Ti se somete mi corazón por completo, y se rinde totalmente al contemplarte. Al juzgar de Ti, se equivocan la vista, el tacto, el gusto; pero basta el oído para creer con firmeza; creo todo lo que ha dicho el Hijo de Dios: nada es más verdadero que esta palabra de verdad. En la Cruz se escondía sólo la Divinidad, pero aquí se esconde también la Humanidad; creo y confieso ambas cosas, y pido lo que pidió aquel ladrón arrepentido. No veo las llagas como las vio Tomas pero confieso que eres mi Dios: haz que yo crea más y más en Ti, que en Ti espere y que te ame. ¡Oh memorial de la muerte del Señor! Pan vivo que das vida al hombre: concede a mi alma que de Ti viva y que siempre saboree tu dulzura. Señor Jesús, bondadoso Pelícano, límpiame a mí, inmundo, con tu Sangre, de la que una sola gota puede liberar de todos los crímenes al mundo entero. Jesús, a quien ahora veo oculto, te ruego que se cumpla lo que tanto ansío: que al mirar tu rostro cara a cara, sea yo feliz viendo tu gloria. Amén.
1 comentario:
En el texto, faltan estrofas del himno de la fiesta original de 1925, estrofas que ponian enfasis sobre la realeza social de Jesus; se las pongo:
Una turba criminal vocifera: no queremos que El reine. pero nosotros con nuestras ovaciones, Te proclama:os Rey Supremo.
...
A Ti los que gobiernan las naciones te ensalcen con publicos honores, Te honrenlos maestros y los jueces, te manifieste las leyes y las artes.
en terminos concretos y sociales, antes que halar del universo...
Gracias
Dios los bendiga
Publicar un comentario