El único día con doble indulgencia
Indulgencia plenaria establecida por Juan Pablo II Indulgencia establecida por Jesús Diario de Santa Faustina Quiero que esta imagen sea bendecida con solemnidad el primer domingo después de la Pascua (49) Ese día los sacerdotes han de hablar sobre Mi misericordia infinita (570). Ese día están abiertas las entrañas de Mi misericordia. Derramaré un océano de gracias sobre las almas que se acercan al manantial de Mi misericordia. El alma que se confiese y reciba la Santa Comunión obtendrá el perdón total de las culpas y de las penas. Que ningún alma tema acercarse a Mí (699). Diario de Santa Faustina Quiero que esta imagen sea bendecida con solemnidad el primer domingo después de la Pascua (49) Ese día los sacerdotes han de hablar sobre Mi misericordia infinita (570). Ese día están abiertas las entrañas de Mi misericordia. Derramaré un océano de gracias sobre las almas que se acercan al manantial de Mi misericordia. El alma que se confiese y reciba la Santa Comunión obtendrá el perdón total de las culpas y de las penas. Que ningún alma tema acercarse a Mí (699). Consagración a María, Madre de la Misericordia
De la Encíclica “Dives in Misericordia” de Juan Pablo IICristo pues revela a Dios que es Padre, que es « amor », como dirá san Juan en su primera Carta;(22) revela a Dios « rico de misericordia », como leemos en san Pablo.(23) Esta verdad, más que tema de enseñanza, constituye una realidad que Cristo nos ha hecho presente. Hacer presente al Padre en cuanto amor y misericordia es en la conciencia de Cristo mismo la prueba fundamental de su misión de Mesías; lo corroboran las palabras pronunciadas por El primeramente en la sinagoga de Nazaret y más tarde ante sus discípulos y antes los enviados por Juan Bautista.En base a tal modo de manifestar la presencia de Dios que es padre, amor y misericordia, Jesús hace de la misma misericordia uno de los temas principales de su predicación. Como de costumbre, también aquí enseña preferentemente « en parábolas », debido a que éstas expresan mejor la esencia misma de las cosas. Baste recordar la parábola del hijo pródigo (24) o la del buen Samaritano (25) y también —como contraste— la parábola del siervo inicuo.(26) Son muchos los pasos de las enseñanzas de Cristo que ponen de manifiesto el amor-misericordia bajo un aspecto siempre nuevo. Basta tener ante los ojos al Buen Pastor en busca de la oveja extraviada (27)o la mujer que barre la casa buscando la dracma perdida.(28) EL evangelista que trata con detalle estos temas en las enseñanzas de Cristo es san Lucas, cuyo evangelio ha merecido ser llamado « el evangelio de la misericordia ». |